
Abrió los ojos de que sonara el despertador, cómo si su propósito del día anterior la hubiera despertado, pensó que nada mejor para empezar su nueva vida que levantarse y meterse en la ducha, cómo para darle el último empujón sonó el despertador, lo apagó enseguida para no despertar al perro que dormía a sus pies, pero pronto se dio cuenta que este ya estaba demasiado acostumbrado al ruido de su viejo despertador y no lograba perturbar su sueño. Se levantó, le acarició el lomo y tras desprenderse del pijama se metió en el baño y puso la radio a todo volumen, sin miedo a molestar al vecino más cercano que vivía a 4 kilómetros.
La habitación tardó unos minutos en subir de temperatura y al fin su cuerpo desnudo dejó de temblar, acabó, envolvió en el albornoz. Salío a la cocina y cogió una taza de café. Entonces vio brillar algo y se asomó a la ventana...era la primera vez que veía amanecer.
1 comentario
Juank -